Se han divulgado los primeros datos que ha obtenido el instrumento europeo durante su instancia en el espacio.
Herschel, el telescopio más grande jamás lanzado al espacio, ha comenzado a aportar datos sorprendentes sobre el universo profundo, que están cambiando la comprensión que los astrónomos tenían hasta ahora del origen de las estrellas y la evolución de las galaxias.
Ingenieros y científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) han presentado en Noordwijk (Holanda) los primeros resultados obtenidos del análisis de sus datos, cuando está a punto de cumplirse un año del lanzamiento de este observatorio, fruto de la cooperación de una veintena de países europeos, entre ellos España.
La génesis de una estrella "imposible", el descubrimiento a distancias inimaginables de vapor de agua ionizado -el llamado "cuarto estado"-, o la constatación de que el ritmo de formación de estrellas se ha ralentizado, son algunos de los resultados debatidos esta semana en Norrdwijk por la comunidad científica y presentados hoy a los medios de comunicación.
Desde el espacio, lejos del muro que representa la atmósfera terrestre, Herschel está proporcionando a los astrónomos imágenes del universo más lejano -y primitivo- captadas en la banda de la radiación infrarroja.
Su "ojo", de una resolución y sensibilidad únicos, puede penetrar a través del polvo interestelar hasta las regiones más frías del universo, completamente opacas al resto de los telescopios.
Es la misma sensación del campesino que entraba en una catedral en el medievo, ha comentado durante la presentación David Southwood, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.
Los astrónomos que descifran los datos de Herschel se sienten, ha insistido Southwood, como auténticos pioneros, como el marinero de Cristóbal Colón que avistó desde la cofa de la Pinta, antes que nadie, el Nuevo Mundo.
En estos meses, Herschel ha desvelado millares de galaxias lejanísimas y nubes de la Vía Láctea inmersas en el proceso de formación de estrellas.
Una de sus observaciones, en la nebulosa RCW 120, ha revelado por primera vez en estado embrionario una estrella "imposible", esto es, un astro con una masa más de 8 veces superior a del Sol, algo que según las teorías astrofísicas actuales no puede ocurrir.
Los científicos han calculado que el objeto contiene "ya" entre 8 y 10 veces la masa del Sol y que está rodeado del equivalente a 2 mil masas solares de gas y polvo que seguirán alimentándolo hasta convertirlo, dentro de unos cuantos centenares de miles de años, en una de las estrellas más grandes y brillantes de la Vía Láctea.
Se sabía de la existencia de esos "monstruos supermasivos•, pero nunca habían podido ser observados en su estadio inicial.
Gracias a Herschel, los astrónomos van a poder averiguar dónde fallan las teorías que no permiten la existencia de tales astros.
Conocer el proceso de formación de las estrellas más masivas resulta fundamental asimismo porque son las que controlan, a través de la gravedad, la dinámica y las transformaciones químicas que se producen dentro de la galaxia, según ha explicado la profesora Annie Zavagno, del Laboratorio de Astrofísica de Marsella.
Herschel también está demostrando que las galaxias han evolucionado a lo largo del tiempo cósmico mucho más velozmente de lo que se creía.
Los datos muestran que en el pasado tuvo que haber muchos más hornos galácticos que formaron estrellas a un ritmo entre 10 y 15 veces más rápido que la Vía Láctea en la actualidad.
El telescopio espacial europeo se ha revelado igualmente un instrumento de vital importancia para la detección de moléculas en el cosmos y ha descubierto una nueva fase del agua, el llamado "cuarto estado".
En esta fase, la molécula de H2O está cargada eléctricamente y, a diferencia de las otras tres (sólida, líquida y gaseosa), no se da de forma natural en la Tierra.
En las nubes que rodean a las estrellas jóvenes, donde la luz ultravioleta es bombeada a través del gas, la radiación arranca un electrón de la molécula de agua y la deja cargada positivamente.
"Hemos descubierto que el agua está en todas partes", ha afirmado Xander Tielens, de la Universidad de Leiden.
Para el director de la ESA David Southwood "un nuevo universo" está emergiendo desde que el telescopio europeo ha comenzado a proporcionar material.
"Después de un año de operaciones, ya no tengo dudas: ha superado todas mis expectativas", ha dicho.
En la exploración de ese nuevo mundo atisbado por Herschel, los científicos trabajan contrarreloj, porque el observatorio tiene una esperanza de vida corta, dejará de enviar datos en dos o tres años, cuando se agote el helio que utiliza para enfriar sus instrumentos.
Southwood ha ensalzado la cooperación espacial europea y el "círculo virtuoso" que permite a los astrónomos descifrar los grandes interrogantes del cosmos mientras proporcionan a los ingenieros de la ESA retos y objetivos para hacer que avance la tecnología.
Bruselas, Bélgica
Herschel, el telescopio más grande jamás lanzado al espacio, ha comenzado a aportar datos sorprendentes sobre el universo profundo, que están cambiando la comprensión que los astrónomos tenían hasta ahora del origen de las estrellas y la evolución de las galaxias.
Ingenieros y científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) han presentado en Noordwijk (Holanda) los primeros resultados obtenidos del análisis de sus datos, cuando está a punto de cumplirse un año del lanzamiento de este observatorio, fruto de la cooperación de una veintena de países europeos, entre ellos España.
La génesis de una estrella "imposible", el descubrimiento a distancias inimaginables de vapor de agua ionizado -el llamado "cuarto estado"-, o la constatación de que el ritmo de formación de estrellas se ha ralentizado, son algunos de los resultados debatidos esta semana en Norrdwijk por la comunidad científica y presentados hoy a los medios de comunicación.
Desde el espacio, lejos del muro que representa la atmósfera terrestre, Herschel está proporcionando a los astrónomos imágenes del universo más lejano -y primitivo- captadas en la banda de la radiación infrarroja.
Su "ojo", de una resolución y sensibilidad únicos, puede penetrar a través del polvo interestelar hasta las regiones más frías del universo, completamente opacas al resto de los telescopios.
Es la misma sensación del campesino que entraba en una catedral en el medievo, ha comentado durante la presentación David Southwood, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.
Los astrónomos que descifran los datos de Herschel se sienten, ha insistido Southwood, como auténticos pioneros, como el marinero de Cristóbal Colón que avistó desde la cofa de la Pinta, antes que nadie, el Nuevo Mundo.
En estos meses, Herschel ha desvelado millares de galaxias lejanísimas y nubes de la Vía Láctea inmersas en el proceso de formación de estrellas.
Una de sus observaciones, en la nebulosa RCW 120, ha revelado por primera vez en estado embrionario una estrella "imposible", esto es, un astro con una masa más de 8 veces superior a del Sol, algo que según las teorías astrofísicas actuales no puede ocurrir.
Los científicos han calculado que el objeto contiene "ya" entre 8 y 10 veces la masa del Sol y que está rodeado del equivalente a 2 mil masas solares de gas y polvo que seguirán alimentándolo hasta convertirlo, dentro de unos cuantos centenares de miles de años, en una de las estrellas más grandes y brillantes de la Vía Láctea.
Se sabía de la existencia de esos "monstruos supermasivos•, pero nunca habían podido ser observados en su estadio inicial.
Gracias a Herschel, los astrónomos van a poder averiguar dónde fallan las teorías que no permiten la existencia de tales astros.
Conocer el proceso de formación de las estrellas más masivas resulta fundamental asimismo porque son las que controlan, a través de la gravedad, la dinámica y las transformaciones químicas que se producen dentro de la galaxia, según ha explicado la profesora Annie Zavagno, del Laboratorio de Astrofísica de Marsella.
Herschel también está demostrando que las galaxias han evolucionado a lo largo del tiempo cósmico mucho más velozmente de lo que se creía.
Los datos muestran que en el pasado tuvo que haber muchos más hornos galácticos que formaron estrellas a un ritmo entre 10 y 15 veces más rápido que la Vía Láctea en la actualidad.
El telescopio espacial europeo se ha revelado igualmente un instrumento de vital importancia para la detección de moléculas en el cosmos y ha descubierto una nueva fase del agua, el llamado "cuarto estado".
En esta fase, la molécula de H2O está cargada eléctricamente y, a diferencia de las otras tres (sólida, líquida y gaseosa), no se da de forma natural en la Tierra.
En las nubes que rodean a las estrellas jóvenes, donde la luz ultravioleta es bombeada a través del gas, la radiación arranca un electrón de la molécula de agua y la deja cargada positivamente.
"Hemos descubierto que el agua está en todas partes", ha afirmado Xander Tielens, de la Universidad de Leiden.
Para el director de la ESA David Southwood "un nuevo universo" está emergiendo desde que el telescopio europeo ha comenzado a proporcionar material.
"Después de un año de operaciones, ya no tengo dudas: ha superado todas mis expectativas", ha dicho.
En la exploración de ese nuevo mundo atisbado por Herschel, los científicos trabajan contrarreloj, porque el observatorio tiene una esperanza de vida corta, dejará de enviar datos en dos o tres años, cuando se agote el helio que utiliza para enfriar sus instrumentos.
Southwood ha ensalzado la cooperación espacial europea y el "círculo virtuoso" que permite a los astrónomos descifrar los grandes interrogantes del cosmos mientras proporcionan a los ingenieros de la ESA retos y objetivos para hacer que avance la tecnología.
Bruselas, Bélgica
No hay comentarios:
Publicar un comentario