Esas ínfimas partículas deberán ser analizadas para saber si provienen del asteroide visitado, como se espera, o bien de la Tierra.
La cápsula que trajo a la Tierra la sonda espacial japonesa Hayabusa, tras posarse sobre un asteroide, contiene "minúsculas partículas", anunció el lunes la Agencia de exploración espacial japonesa (JAXA).
Esas ínfimas partículas deberán ser analizadas para saber si provienen del asteroide visitado, como se espera, o bien de la Tierra.
"El 24 de junio comenzamos a abrir el recipiente de la cápsula y confirmamos la presencia de minúsculas partículas", explicó la JAXA en un breve comunicado.
Hasta ahora, la Agencia no estaba en condiciones de afirmar si se trata de polvos del asteroide Itokawa sobre el que Hayabusa se había posado para tratar de extraer materiales.
En efecto, la sonda no estaba herméticamente cerrada cuando partió de la Tierra en 2003, lo que hace posible la presencia de residuos terrestres.
Los análisis que permitirán distinguir el origen de las minúsculas partículas recuperadas necesitarán aún varias semanas.
La sonda "Hayabusa" se desintegró el domingo 14 de junio al entrar en la atmósfera terrestre, al término de un periplo de siete años y 5.000 millones de kms", durante el cual se posó sobre un asteroide de cientos de millones de años de antigüedad, con la misión de obtener polvo de ese cuerpo celeste y traerlo a nuestro planeta.
El artefacto lanzó entonces la cápsula cuando sobrevolaba la zona militar de Woomera, en el desierto australiano.
La cápsula de Hayabusa, fue recuperada y confiada al centro de investigaciones de Sagamihara, situado en Kanagawa, al oeste de Tokio.
Si realmente las muestras proviniesen del asteroide, se trataría de la primera materia de un cuerpo celeste traído a la Tierra, excepción hecha de las piedras lunares.
El polvo de Itokawa, un asteroide de "varias decenas a varios cientos de millones de años" permitiría saber más sobre los orígenes del sistema solar.
Hayabusa entró en contacto con el asteroide en septiembre de 2005.
No obstante, la misión debió enfrentarse a numerosos problemas técnicos, entre ellos desperfectos de los motores, fallas de las baterías y de los sistemas de recolección de polvo de Itokawa.
Tokio, Japón
La cápsula que trajo a la Tierra la sonda espacial japonesa Hayabusa, tras posarse sobre un asteroide, contiene "minúsculas partículas", anunció el lunes la Agencia de exploración espacial japonesa (JAXA).
Esas ínfimas partículas deberán ser analizadas para saber si provienen del asteroide visitado, como se espera, o bien de la Tierra.
"El 24 de junio comenzamos a abrir el recipiente de la cápsula y confirmamos la presencia de minúsculas partículas", explicó la JAXA en un breve comunicado.
Hasta ahora, la Agencia no estaba en condiciones de afirmar si se trata de polvos del asteroide Itokawa sobre el que Hayabusa se había posado para tratar de extraer materiales.
En efecto, la sonda no estaba herméticamente cerrada cuando partió de la Tierra en 2003, lo que hace posible la presencia de residuos terrestres.
Los análisis que permitirán distinguir el origen de las minúsculas partículas recuperadas necesitarán aún varias semanas.
La sonda "Hayabusa" se desintegró el domingo 14 de junio al entrar en la atmósfera terrestre, al término de un periplo de siete años y 5.000 millones de kms", durante el cual se posó sobre un asteroide de cientos de millones de años de antigüedad, con la misión de obtener polvo de ese cuerpo celeste y traerlo a nuestro planeta.
El artefacto lanzó entonces la cápsula cuando sobrevolaba la zona militar de Woomera, en el desierto australiano.
La cápsula de Hayabusa, fue recuperada y confiada al centro de investigaciones de Sagamihara, situado en Kanagawa, al oeste de Tokio.
Si realmente las muestras proviniesen del asteroide, se trataría de la primera materia de un cuerpo celeste traído a la Tierra, excepción hecha de las piedras lunares.
El polvo de Itokawa, un asteroide de "varias decenas a varios cientos de millones de años" permitiría saber más sobre los orígenes del sistema solar.
Hayabusa entró en contacto con el asteroide en septiembre de 2005.
No obstante, la misión debió enfrentarse a numerosos problemas técnicos, entre ellos desperfectos de los motores, fallas de las baterías y de los sistemas de recolección de polvo de Itokawa.
Tokio, Japón
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