jueves, 22 de julio de 2010

Desarrollan biodiésel de piñón en Perú


El biodiésel se mezcla con el diésel para incrementar su biodegradación y disminuir el nivel de contaminación ambiental

Charlton Aranguren, ingeniero mecánico peruano, innovó en América Latina con la producción de un biocombustibles a partir del piñón blanco.

Aranguren, que tiene experiencia en máquinas que usan biodiésel en Madrid, observó que en África cultivaban la jatropha ("Jatropha curcas" o piñón blanco) como insumo para la fabricación de un aceite con el que se puede elaborar el energético.

Cuando volvió a Perú investigó si la planta se cultivaba en el país, hasta encontrarla en Piura, en el valle de San Lorenzo, donde se le conocía como mala hierba.

Aranguren creo un proyecto empresarial junto con la ingeniera industrial Maritza Farfán que postularon al concurso Idea tu Empresa de aquél país.

Entonces, comenzaron a conversar con algunas familias de la zona y notaron que los campesinos y hacendados no estaban dispuestos a vender sus tierras porque son ellos mismos los que las quieren trabajar.

Si bien inicialmente el grupo solo quería ser un promotor y broker del cultivo de jatropha, la idea creció y se comenzó a hacer un trabajo de sensibilización con los agricultores y comunidades de la zona. De acuerdo con los promotores de esta idea, ya se dispone de tierras potenciales para empezar el cultivo.

El objetivo es producir y vender el aceite vegetal de jatropha a través de un trabajo con las comunidades rurales, buscando que los beneficios sean compartidos mutuamente.

"La diferenciación de nuestro proyecto radica en que buscamos un acuerdo de asociación integral con nuestros proveedores a través de contratos de largo plazo para el usufructo de tierras, asistencia técnica para la producción, entrega de los plantones de jatropha, compra integral de la producción y préstamos para la misma", explica Aranguren.

"Lo interesante es que estaríamos dándole la oportunidad a estas familias de darle un valor a tierras que actualmente no se cultivan", dice Farfán.

En total han detectado cerca de 5 mil hectáreas cultivables que están dispersas en el valle de San Lorenzo, pero inicialmente trabajarían con 250 hectáreas.

De este proceso de extracción se obtiene un subproducto formado por los residuos sólidos de la semilla que se puede comercializar como fertilizante y como carga en alimentos balanceados después de un apropiado tratamiento.

Debido a que la planta demora dos años en desarrollarse y dar frutos, para la implementación del proyecto primero se programará el sembrío de plantones que comenzarán a dar frutos en seis meses aproximadamente.

El producto final se venderá en el mercado nacional a las industrias que transforman el aceite en biodiésel B100.

"Hemos sondeado a cuatro empresas a las que vamos a ofrecer el producto", aseguró Aranguren.

El aceite de Jatropha servirá como insumo para la obtención de biodiésel B100 para el mercado de combustibles. El biodiésel se mezcla con el diésel para incrementar su biodegradación y disminuir el nivel de contaminación ambiental.

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