jueves, 12 de agosto de 2010

Estudio en EU con monos nerviosos podría ayudar a tratar ansiedad infantil

Los primates mostraron actividad cerebral aumentada en la amígdala y el hipocampo anterior, indicó el equipo de investigadores de la Escuela de Medicina y Salud Pública de la University of Wisconsin-Madison.

Un grupo de científicos identificó dos partes del cerebro relacionadas con la ansiedad severa en monos jóvenes y los expertos sospechan que esas mismas áreas jugarían un papel importante en los niños que desarrollan trastornos de ansiedad.

Estos hallazgos ofrecen una nueva esperanza en el tratamiento de la ansiedad infantil y en la prevención de trastornos relacionados en la adultez.

Los monos nerviosos que participaron del estudio mostraron actividad cerebral aumentada en la amígdala y el hipocampo anterior, indicó el equipo de investigadores de la Escuela de Medicina y Salud Pública de la University of Wisconsin-Madison en la revista Nature.

"Estamos realmente contentos por los resultados porque creemos que tienen el potencial de tener impacto directo en cómo comprendemos esta enfermedad en los niños y esperamos poder obtener mejores formas de tratar a los chicos a partir de esta información", dijo Ned Kalin, que dirigió el estudio.

El experto señaló que monitorear esas partes del cerebro podría ayudar a identificar y tratar los niveles elevados de ansiedad, un factor de riesgo importante para el desarrollo de desórdenes en la edad adulta.

Los trastornos de ansiedad son el tipo de enfermedad mental más común en Estados Unidos y afectan a 40 millones de adultos, según la Asociación Estadunidense de Trastornos de Ansiedad.

Los autores del estudio evaluaron a 238 monos jóvenes y hallaron que los animales más ansiosos presentaban mayor actividad en el núcleo central de la amígdala y el hipocampo anterior. El equipo también logró predecir el grado de conducta ansiosa a partir de la actividad cerebral.

Kalin planea utilizar un enfoque similar en niños para ver si las mismas regiones cerebrales juegan un rol central en la ansiedad. De ser así, los médicos podrían evaluar y tratar a los chicos en riesgo, con la esperanza de evitar problemas futuros.
Washington, EU

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