miércoles, 22 de julio de 2009

Inicia Australia ensayos en humanos de vacuna contra nueva influenza

En los ensayos clínicos, que se desarrollan en el Hospital Real de Adelaide, participan unos 240 adultos y 400 niños.

Australia inició hoy miércoles los ensayos clínicos de la vacuna contra el virus A/H1N1, liderando los esfuerzos a nivel global para frenar la pandemia de influenza humana que ha matado a 700 personas en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A la vez que se inician estos ensayos, en Chile el balance de muertos aumentó de 40 a 68 y en Tailandia alcanzó los 44, superando a Australia y convirtiéndose en el país con más casos mortales en la región Asia/Pacífico.
En los ensayos clínicos, que se desarrollan en el Hospital Real de Adelaide, participan unos 240 adultos y 400 niños.
"En cuanto tenga la confirmación de que la vacuna no presenta ningún peligro y que es eficaz, me aseguraré de que se ponga en marcha en el país", indicó el ministro de Salud australiano, Nicola Roxon.
Las autoridades australianas han encargado 21 millones de dosis de la vacuna al laboratorio CSL Biotherapies, suficiente para cubrir a toda su población contra el virus que ha contagiado a más de 14 mil personas y está relacionado con 38 muertes en el país.
Los científicos temen que el virus mute a una forma más mortífera, como ocurrió durante la pandemia de gripe española en 1918 y de la asiática en 1958.
La portavoz de CSL, Rachel David, señaló que se presentaron muchos voluntarios para los ensayos que buscan evitar un contagio masivo.
"Estamos hablando de niños de entre seis meses y nueve años y esto implica dos inyecciones y dos análisis de sangre, es decir cuatro agujas", dijo a la televisión pública ABC.
"Creo que es un gran compromiso por parte de la familias, pero pese a ello hemos tenido muchos voluntarios porque les interesa no contagiarse de la gripe".
El martes, una mujer de 19 años con influenza humana perdió a su hijo antes de nacer, por lo que las autoridades australianas pidieron a las mujeres embarazadas vacunarse y evitar las muchedumbres.
La mujer, que permanece en estado grave, es originaria de Palm Island, en el noreste de Australia, una región en la que los médicos temen que 10 por ciento de la población de 3 mil 500 personas se hayan contagiado, según el diario The Australian.
Los hospitales han manifestado que se encuentran cada vez más presionados. Un especialista de cuidados intensivos en Sidney indicó que los hospitales hacían lo imposible para encontrar personal suficiente para responder la afluencia de pacientes.
Un sindicato del estado de Queensland también advirtió que hasta 20 por ciento de las enfermeras podrían pedir licencia (baja) médica si contraen la influenza humana durante este invierno, ahora en vigor en el hemisferio sur, el doble de la tasa habitual.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó ayer martes que el balance global de muertos pasó de 439 a más de 700, un salto de 40 por ciento respecto de principios de julio.
En América Latina los casos de contagio seguían en aumento. El ministerio chileno de Salud anunció un balance de 68 muertos.
Argentina anunció 168 casos confirmados de víctimas mortales, con lo cual sigue siendo el segundo país más afectado del mundo, por detrás de Estados Unidos, donde murieron 263 personas por la gripe porcina.
La preocupación por el avance de la pandemia, que arrancó a fines de abril en México, provocó la cancelación en Costa Rica de la tradicional romería de devotos de la Virgen de los Ángeles, una peregrinación católica de 227 años de tradición.
Otra peregrinación, la que en los próximos cinco meses desplazará a más de dos millones de personas a La Meca y Medina, en Arabia Saudita, también preocupa a las autoridades de los países concernidos. Egipto pidió a los musulmanes más vulnerables, como las personas mayores y las embarazadas, que se quedan en sus casas.
En Gran Bretaña, el diario Financial Times informó que algunas iglesias de Inglaterra pidieron a sus fieles que se saluden con un abrazo en vez del tradicional apretón de manos. Sidney, Australia/AFP (LA Jornada)

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