Las tecnologías inalámbricas permitirán la evolución, en al menos 20 años, de cosas que parecen ciencia ficción
Las ciudades del futuro harán la vida más sencilla y eficiente gracias al uso de dispositivos inteligentes que operen al unísono gracias a la banda ancha de Internet, pronosticó ayer en Santiago Howard Charney, vicepresidente de Cisco, la mayor empresa desarrolladora de redes en el mundo.
Charney, quien inauguró la conferencia bianual que realiza esta compañía en Chile, dio una visión del futuro que se nos viene encima. De hecho, en las afueras de Seúl, Corea del Sur, ya se construye el proyecto Songdo, el cual "usará tecnología de redes inalámbricas para controlar aspectos como el aire acondicionado y la seguridad, y cada departamento contará con sistemas de telepresencia con acceso inmediato a servicios como salud y educación", dijo.
Mencionó como otro ejemplo los "Centros de Trabajo Inteligente" (Smart Work Center), desarrollados en Amsterdam para evitar que la gente congestione las carreteras para llegar a su trabajo. "Cuentan con servicios de lavandería, guarderías infantiles, servicios financieros y estaciones de teletrabajo conectadas con banda ancha".
Según Charney, la tecnología será clave en los más de 40 billones de dólares que deberán gastar los distintos países para adecuar sus infraestructuras a las necesidades básicas de la sociedad moderna. Lo cual, dijo, no sólo dará una oportunidad a los ingenieros y constructores, sino también permitirá repensar inteligentemente los diferentes servicios.
Al respecto, enfatizó que Internet ya es un servicio básico como el agua, la luz y el gas. Para el futuro cercano prevé una masificación de tecnologías, como la de los medidores de energía inteligentes, que nos dirán cuándo conviene más lavar la ropa, por ejemplo.
También avizora un mundo lleno de dispositivos provistos de miniequipos de radiofrecuencia que informarán a distancia desde el derretimiento de los hielos de un glaciar hasta cosas simples, como la falta de algún alimento clave en el refrigerador.
Toda esta disponibilidad de oportunidades, dijo, es posible gracias a la expansión de la banda ancha, la caída de los precios de las tecnologías y la presencia de computadoras en todas partes.
Cosas que hoy parecen ciencia ficción, tal como se percibían hace 20 años las proyecciones de lo que sería Internet, podrían convertirse en realidad pronto: el uso del pensamiento para mover objetos a distancia con la ayuda de las redes digitales, la holografía como medio de comunicación, la teletransportación de objetos y el desarrollo de computadores capaces de aprender para que funcionen como el cerebro humano. ¿Cuándo? En unos 20 años, dice Charney.
Charney, quien inauguró la conferencia bianual que realiza esta compañía en Chile, dio una visión del futuro que se nos viene encima. De hecho, en las afueras de Seúl, Corea del Sur, ya se construye el proyecto Songdo, el cual "usará tecnología de redes inalámbricas para controlar aspectos como el aire acondicionado y la seguridad, y cada departamento contará con sistemas de telepresencia con acceso inmediato a servicios como salud y educación", dijo.
Mencionó como otro ejemplo los "Centros de Trabajo Inteligente" (Smart Work Center), desarrollados en Amsterdam para evitar que la gente congestione las carreteras para llegar a su trabajo. "Cuentan con servicios de lavandería, guarderías infantiles, servicios financieros y estaciones de teletrabajo conectadas con banda ancha".
Según Charney, la tecnología será clave en los más de 40 billones de dólares que deberán gastar los distintos países para adecuar sus infraestructuras a las necesidades básicas de la sociedad moderna. Lo cual, dijo, no sólo dará una oportunidad a los ingenieros y constructores, sino también permitirá repensar inteligentemente los diferentes servicios.
Al respecto, enfatizó que Internet ya es un servicio básico como el agua, la luz y el gas. Para el futuro cercano prevé una masificación de tecnologías, como la de los medidores de energía inteligentes, que nos dirán cuándo conviene más lavar la ropa, por ejemplo.
También avizora un mundo lleno de dispositivos provistos de miniequipos de radiofrecuencia que informarán a distancia desde el derretimiento de los hielos de un glaciar hasta cosas simples, como la falta de algún alimento clave en el refrigerador.
Toda esta disponibilidad de oportunidades, dijo, es posible gracias a la expansión de la banda ancha, la caída de los precios de las tecnologías y la presencia de computadoras en todas partes.
Cosas que hoy parecen ciencia ficción, tal como se percibían hace 20 años las proyecciones de lo que sería Internet, podrían convertirse en realidad pronto: el uso del pensamiento para mover objetos a distancia con la ayuda de las redes digitales, la holografía como medio de comunicación, la teletransportación de objetos y el desarrollo de computadores capaces de aprender para que funcionen como el cerebro humano. ¿Cuándo? En unos 20 años, dice Charney.
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