jueves, 29 de octubre de 2009

Astrofísicos detectan estrella más lejana a la Tierra


La luz proviene de una explosión de hace 13 mil millones de años, cuando el universo tenía tan sólo 600 millones de años de existencia


Un grupo internacional de astrofísicos detectó el cuerpo celeste más lejano y antiguo registrado hasta la fecha y confirmó que las estrellas ya existían cuando el universo tenía sólo 600 millones de años, según publica hoy la revista Nature.
Las características de esta explosión, en realidad un estallido de rayos-X, muestra que las estrellas "masivas" (aquellas que tienen un tamaño superior a ocho masas solares, unas 2 millones 600 mil veces la masa de la Tierra) se formaron hace "solamente" 630 millones de años después del Big Bang.
Dos equipos de astrónomos -liderados por el profesor Nial Tanvir, de la Universidad de Leicester, y Rubén Salvaterra, de la Universidad Milano-Bicocca- son los autores de este estudio, en el que analizaron el "corrimiento hacia el rojo" de la estrella y lo situaron en 8.2.
Esta técnica sirve para medir la longitud de onda de la luz y otras radiaciones electromagnéticas y, a través de ella, los investigadores concluyeron que la explosión tuvo lugar cuando el universo tenía menos de 5% de su edad actual.
El anterior récord lo tenía una galaxia con un "corrimiento hacia el rojo" de 6.96, por lo que era 150 millones de años más joven que la descubierta ahora.
La edad del objeto detectado recientemente abre una ventana a una era cosmológica que no era accesible a la observación, que, según se cree, terminó hace unos 800 ó 900 millones de años después del Big Bang, cuando la luz procedente de las estrellas y galaxias reionizó el gas que impregnaba el universo anteriormente.
Cuantas más explosiones de rayos gamma de aquellos años se detecten, más probabilidades habrá de identificar el progreso de esta reionización, defienden en Nature los autores del estudio.
Veta de estudio
Al mismo tiempo, por un proceso que los científicos aún no comprenden demasiado bien, dos chorros de gas perforan la estrella y la materia sale expulsada hacia el espacio en direcciones opuestas, liberando una gran cantidad de energía.
El descubrimiento es importante, señaló Alberto Castro-Tirado, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas , porque "no sólo es la estrella lo que hemos visto" , sino que, tras ella, "supuestamente tiene que haber una galaxia, tan sumamente débil que con la tecnología actual no se puede apreciar", aunque podrá ser perceptible con el sucesor del telescopio espacial Hubble.
Javier Gorosabel, del mismo Consejo, indicó que se trata de una estrella antigua, que ya no existe y agregó que "la energía de su explosión y su luz han estado viajando durante mucho tiempo por el espacio, desde un tiempo en que aún no existía el Sol o la Tierra".
En concreto, 13 mil millones de años, ya que la explosión tuvo lugar cuando el universo tenía tan sólo 600 millones de años.
"Es algo así como encontrar un ejemplar de neanderthal", puntualizó Gorosabel.
Por su parte, Alberto Fernández Soto explicó que en aquella época ya había estrellas, algo que hasta ahora era una hipótesis sin confirmar.
Los científicos creen que las estrellas de primera generación, conocidas como "población III" y de la que aún no se conoce ninguna, aparecieron cuando el universo tenía entre 200 y 400 millones de años, y la estrella objeto de este estudio hace 600 millones de años.
"La aparición de objetos como este quiere decir que la formación de los cuerpos celestes fue más rápida de lo que se pensaba", concluyó Fernández Soto.
Los investigadores han usado datos obtenidos de varios telescopios repartidos alrededor del mundo, entre ellos el de la estación española BOOTES-3, ubicado en Nueva Zelanda y operado por el CSIC, el primer telescopio terrestre que apuntó al lugar de la explosión.
También lo hizo el telescopio Nazionale Galileo, operado por italianos y ubicado en la isla española de La Palma. Madrid, España

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