La Universidad de Hebraica de Jerusalén informó que trazas de la lepra fueron aisladas en el ADN de un hombre sepultado en el primer siglo, lo que hace de ese esqueleto el caso más antiguo probado en el mundo.
Trazas de la lepra fueron aisladas en el ADN de un hombre sepultado en una mortaja en el primer siglo en Jerusalén, lo que hace de ese esqueleto el caso más antiguo probado en el mundo de esta enfermedad contagiosa, anunció este miércoles la Universidad Hebraica de Jerusalén.
Se trata igualmente del más antiguo fragmento de sudario hallado en Jerusalén, que data de la época de Jesucristo, según el comunicado de la institución.
Contrariamente a la textura compleja del sudario de Turín, que muchos piensan sirvió para envolver el cuerpo de Jesucristo, esta mortaja está hecha de mallas simples, según el historiador Orit Shamir, especialista de tejidos antiguos.
"Basándose en la idea de que este sudario es representativo de las mortajas utilizadas comúnmente en la época de Jesús, los investigadores concluyeron que el sudario de Turín no había sido fabricado en Jerusalén en la época de Jesús", según la universidad.
El cuerpo, que data de la primera mitad del primer siglo, fue descubierto en una tumba cercana a la Ciudad Vieja de Jerusalén, cerca del lugar donde se habría suicidado Judas, uno de los 12 apóstoles, según la tradición cristiana.
Otra particularidad es que el cuerpo sólo fue enterrado una vez, y no dos, como era la tradición en esa época. Jerusalén, Israel
Trazas de la lepra fueron aisladas en el ADN de un hombre sepultado en una mortaja en el primer siglo en Jerusalén, lo que hace de ese esqueleto el caso más antiguo probado en el mundo de esta enfermedad contagiosa, anunció este miércoles la Universidad Hebraica de Jerusalén.
Se trata igualmente del más antiguo fragmento de sudario hallado en Jerusalén, que data de la época de Jesucristo, según el comunicado de la institución.
Contrariamente a la textura compleja del sudario de Turín, que muchos piensan sirvió para envolver el cuerpo de Jesucristo, esta mortaja está hecha de mallas simples, según el historiador Orit Shamir, especialista de tejidos antiguos.
"Basándose en la idea de que este sudario es representativo de las mortajas utilizadas comúnmente en la época de Jesús, los investigadores concluyeron que el sudario de Turín no había sido fabricado en Jerusalén en la época de Jesús", según la universidad.
El cuerpo, que data de la primera mitad del primer siglo, fue descubierto en una tumba cercana a la Ciudad Vieja de Jerusalén, cerca del lugar donde se habría suicidado Judas, uno de los 12 apóstoles, según la tradición cristiana.
Otra particularidad es que el cuerpo sólo fue enterrado una vez, y no dos, como era la tradición en esa época. Jerusalén, Israel
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