El estudio del derretimiento de los hielos polares, comprobado en el hemisferio norte, es clave para comprender el calentamiento climático.
El satélite ruso Cryosat 2, que estudiará los hielos terrestres, fue lanzado con éxito el jueves desde Baikonur (Kazajistán) por el cohete Dnieper, más de cuatro años después del fracasado lanzamiento de Cryosat 1, indicó la Agencia Espacial Europea.
El satélite, que medirá la altitud de los hielos continentales y la profundidad de los bancos de hielo, fue lanzado a las 13H57 GMT. La señal que confirmó la separación entre satélite y lanzador llegó a la estación terrestre de Malindi en Kenia 17 minutos después del despegue, añadió la ESA.
La empresa Astrium, que construyó el satélite, se congratuló de ese éxito el jueves en un comunicado.
El estudio del derretimiento de los hielos polares, comprobado en el hemisferio norte, es clave para comprender el calentamiento climático.
Es el tercer satélite del programa Planeta viviente, luego de GOCE, lanzado para conocer la forma exacta de la Tierra al medir su campo de gravitacional, y SMOS, que detecta la humedad de los suelos y la salinidad de los océanos.
El 8 de octubre de 2005, la puesta en órbita de ese satélite fracasó a consecuencia de una falla en un motor del cohete ruso Rockot, precipitando en el Océano Ártico una joya científica que costó 140 millones de euros (187 millones de dólares).
París, Francia
El satélite ruso Cryosat 2, que estudiará los hielos terrestres, fue lanzado con éxito el jueves desde Baikonur (Kazajistán) por el cohete Dnieper, más de cuatro años después del fracasado lanzamiento de Cryosat 1, indicó la Agencia Espacial Europea.
El satélite, que medirá la altitud de los hielos continentales y la profundidad de los bancos de hielo, fue lanzado a las 13H57 GMT. La señal que confirmó la separación entre satélite y lanzador llegó a la estación terrestre de Malindi en Kenia 17 minutos después del despegue, añadió la ESA.
La empresa Astrium, que construyó el satélite, se congratuló de ese éxito el jueves en un comunicado.
El estudio del derretimiento de los hielos polares, comprobado en el hemisferio norte, es clave para comprender el calentamiento climático.
Es el tercer satélite del programa Planeta viviente, luego de GOCE, lanzado para conocer la forma exacta de la Tierra al medir su campo de gravitacional, y SMOS, que detecta la humedad de los suelos y la salinidad de los océanos.
El 8 de octubre de 2005, la puesta en órbita de ese satélite fracasó a consecuencia de una falla en un motor del cohete ruso Rockot, precipitando en el Océano Ártico una joya científica que costó 140 millones de euros (187 millones de dólares).
París, Francia
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