Una persona nerviosa aumenta hasta mil veces la secreción sebácea
Se trata de un problema que constituye la segunda causa de consultas en pediatría y por la cual un número creciente de adultos se acerca al dermatólogo.
Se ha producido un cambio conductual en la sociedad, el acné es una patología psicosomática que se exacerba cuando no es bien tolerada, precisa el doctor Juan Honeyman, miembro de la Sociedad Chilena de Dermatología.
Porque el estrés de la vida moderna también está pasando la cuenta en la dermis. Una persona nerviosa aumenta hasta mil veces la secreción sebácea, lo que desencadena el acné, dice el médico.
Un ejemplo reciente y concreto es el que Honeyman y un grupo de dermatólogos de la Universidad de Chile encontraron durante un operativo post terremoto en Santa Cruz: los casos de acné en la población se exacerbaron en gente de todas las edades, al igual que otras patologías de la piel, como las alergias.
Un impacto que no sólo puede dejar cicatrices en la piel. En muchos casos afecta la autoestima de la persona y su relación con los demás, precisa el especialista.
El acné es una inflamación crónica que se produce por una obstrucción de los poros debido a un aumento de la secreción sebácea.
Es un problema que tiene una base genética y hormonal. Los trastornos hormonales de la pubertad hacen que sea más frecuente en este período, explica la dermatóloga María Isabel Herane, miembro del Acne Global Alliance, grupo de estudio internacional sobre el tema.
Tomás Lobos (21) tenía 15 años cuando vio aparecer las primeras espinillas en su cara. Desde entonces ha sido esporádico; hay épocas en que no tengo nada de granos y otras en que me sobran, cuenta este estudiante de pedagogía en Educación Física.
Si bien las hormonas son un factor importante, el acné tiene una serie de gatillantes que van desde el sudor y el tabaco, hasta algunos alimentos y fármacos. Mucha gente suele consultar por la presencia de espinillas, ignorando que los puntos negros son también un tipo de acné, advierte la doctora Herane.
Mientras antes se inicie un tratamiento, mejor son los resultados.Eso no sólo evitará que el acné avance en intensidad, sino también minimiza el riesgo de cicatrices.
Hoy se limita a una buena higiene diaria con un jabón neutro y con eso mantiene a raya las espinillas. Pero el mercado ofrece una serie de tratamientos, como medicamentos tópicos en cremas, jabones y también orales. Uno de los más recientes y efectivos es un gel que combina agentes antibacterianos y antiinflamatorios (peróxido de benzoilo y adapaleno), cuenta la doctora Herane.
Además de ofrecer resultados a la segunda semana de uso -la mayoría de los productos lo hacen al mes-, facilita la adherencia al tratamiento y evita el aumento de la resistencia bacteriana, ya que no contiene antibióticos.
En la adultez, es recomendable hacer un estudio hormonal que descarte cualquier anomalía y determine el origen del problema para conocer las características y la prevalencia del problema en América Latina, especialistas del Acne Global Alliance han iniciado un estudio en el cual también participa Chile.
En teoría, no habría mayores diferencias con otras regiones del mundo, salvo en la resistencia bacteriana asociada a algunas terapias, como explica la doctora María Isabel Herane.
La Sociedad Chilena de Dermatología también hará una investigación en algunas etnias del país (mapuches, rapanuis, aimaras) para ver si existen diferencias, agrega. Los resultados se conocerán el próximo año.
Se trata de un problema que constituye la segunda causa de consultas en pediatría y por la cual un número creciente de adultos se acerca al dermatólogo.
Se ha producido un cambio conductual en la sociedad, el acné es una patología psicosomática que se exacerba cuando no es bien tolerada, precisa el doctor Juan Honeyman, miembro de la Sociedad Chilena de Dermatología.
Porque el estrés de la vida moderna también está pasando la cuenta en la dermis. Una persona nerviosa aumenta hasta mil veces la secreción sebácea, lo que desencadena el acné, dice el médico.
Un ejemplo reciente y concreto es el que Honeyman y un grupo de dermatólogos de la Universidad de Chile encontraron durante un operativo post terremoto en Santa Cruz: los casos de acné en la población se exacerbaron en gente de todas las edades, al igual que otras patologías de la piel, como las alergias.
Un impacto que no sólo puede dejar cicatrices en la piel. En muchos casos afecta la autoestima de la persona y su relación con los demás, precisa el especialista.
El acné es una inflamación crónica que se produce por una obstrucción de los poros debido a un aumento de la secreción sebácea.
Es un problema que tiene una base genética y hormonal. Los trastornos hormonales de la pubertad hacen que sea más frecuente en este período, explica la dermatóloga María Isabel Herane, miembro del Acne Global Alliance, grupo de estudio internacional sobre el tema.
Tomás Lobos (21) tenía 15 años cuando vio aparecer las primeras espinillas en su cara. Desde entonces ha sido esporádico; hay épocas en que no tengo nada de granos y otras en que me sobran, cuenta este estudiante de pedagogía en Educación Física.
Si bien las hormonas son un factor importante, el acné tiene una serie de gatillantes que van desde el sudor y el tabaco, hasta algunos alimentos y fármacos. Mucha gente suele consultar por la presencia de espinillas, ignorando que los puntos negros son también un tipo de acné, advierte la doctora Herane.
Mientras antes se inicie un tratamiento, mejor son los resultados.Eso no sólo evitará que el acné avance en intensidad, sino también minimiza el riesgo de cicatrices.
Hoy se limita a una buena higiene diaria con un jabón neutro y con eso mantiene a raya las espinillas. Pero el mercado ofrece una serie de tratamientos, como medicamentos tópicos en cremas, jabones y también orales. Uno de los más recientes y efectivos es un gel que combina agentes antibacterianos y antiinflamatorios (peróxido de benzoilo y adapaleno), cuenta la doctora Herane.
Además de ofrecer resultados a la segunda semana de uso -la mayoría de los productos lo hacen al mes-, facilita la adherencia al tratamiento y evita el aumento de la resistencia bacteriana, ya que no contiene antibióticos.
En la adultez, es recomendable hacer un estudio hormonal que descarte cualquier anomalía y determine el origen del problema para conocer las características y la prevalencia del problema en América Latina, especialistas del Acne Global Alliance han iniciado un estudio en el cual también participa Chile.
En teoría, no habría mayores diferencias con otras regiones del mundo, salvo en la resistencia bacteriana asociada a algunas terapias, como explica la doctora María Isabel Herane.
La Sociedad Chilena de Dermatología también hará una investigación en algunas etnias del país (mapuches, rapanuis, aimaras) para ver si existen diferencias, agrega. Los resultados se conocerán el próximo año.
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