Francisco Ayala obtuvo el reconocimiento por su “vigorosa defensa del conocimiento científico frente a la intromisión de la religión", según la Fundación Templeton.
El genetista y biólogo molecular español Francisco J. Ayala obtuvo hoy el premio Templeton, el de mayor dotación del mundo, por su "vigorosa defensa del conocimiento científico frente a la intromisión de la religión" y su "demanda de un respeto mutuo entre ambas esferas", se anunció en Washington.
Ayala (Madrid, 1934), está considerado una autoridad internacional en evolución molecular y genética y ha dedicado décadas de su carrera, desarrollada en buena parte en Estados Unidos, a "manifestar la diferencia entre la ciencia y la fe", así como a "llamar la atención sobre el daño que se hace a ambas cuando se las mezcla y confunde", explicó la organización que otorga el galardón.
El premio Templeton, que con un millón de libras esterlinas (casi 1.5 millones de dólares) es el de mayor dotación individual del mundo, fue creado en 1972 por el inversor y filántropo estadounidense naturalizado británico Sir John Templeton, cuya fundación de mismo nombre busca ser un "catalizador filantrópico de la investigación en áreas que atañen a las grandes cuestiones vitales".
El galardón, que en ediciones anteriores fue entregado al Dalai Lama, el físico y filósofo francés Bernard d'Espagnat, la madre Teresa de Calcuta o el escritor Aleksandr Solzhenitsyn, se entrega de forma anual a una "persona viva que haya hecho una contribución excepcional a afirmar la dimensión espiritual de la vida, ya sea a través de una idea, de un descubrimiento o de alguna acción concreta".
"La voz nítida de Ayala en cuestiones de ciencia y fe representa fielmente nuestra convicción de que la evolución de la mente humana y una investigación auténticamente abierta son capaces de conducirnos a un genuino progreso espiritual en el mundo", dijo el presidente de la Fundación, John M. Templeton, a dar a conocer al premiado de este año.
Por su parte Ayala, quien descubrió el mecanismo de reproducción del agente patógeno del mal de Chagas y que ha realizado averiguaciones clave sobre el origen en simios de la malaria, defendió hoy que la ciencia no contradice la religión porque "si se las entienden de manera correcta, atañen materias diferentes y ambas son esenciales para el entendimiento del hombre".
Entre otros, Ayala actuó como testigo experto durante el juicio en 1981 en Estados Unidos que fue clave para declarar inconstitucional una ley de Arkansas que imponía la enseñanza del creacionismo junto al de la evolución de las especies, destacó la Fundación Templeton.
El genetista español, ordenado sacerdote en su juventud aunque dejó los hábitos para dedicarse a la ciencia, formó parte en los años 90 del Comité Presidencial de Consejeros sobre Ciencia y Tecnología del presidente demócrata Bill Clinton, mientras que su sucesor, George W. Bush, le otorgó en 2001 la Medalla Nacional de la Ciencia.
El anuncio del galardonado tuvo lugar este jueves en la Academia Nacional de Ciencias, en Washington. El premio será entregado en Londres por el marido de la reina Isabel II, el duque de Edimburgo, en una ceremonia en el palacio de Buckingham el 5 de mayo.
Washington, EU
El genetista y biólogo molecular español Francisco J. Ayala obtuvo hoy el premio Templeton, el de mayor dotación del mundo, por su "vigorosa defensa del conocimiento científico frente a la intromisión de la religión" y su "demanda de un respeto mutuo entre ambas esferas", se anunció en Washington.
Ayala (Madrid, 1934), está considerado una autoridad internacional en evolución molecular y genética y ha dedicado décadas de su carrera, desarrollada en buena parte en Estados Unidos, a "manifestar la diferencia entre la ciencia y la fe", así como a "llamar la atención sobre el daño que se hace a ambas cuando se las mezcla y confunde", explicó la organización que otorga el galardón.
El premio Templeton, que con un millón de libras esterlinas (casi 1.5 millones de dólares) es el de mayor dotación individual del mundo, fue creado en 1972 por el inversor y filántropo estadounidense naturalizado británico Sir John Templeton, cuya fundación de mismo nombre busca ser un "catalizador filantrópico de la investigación en áreas que atañen a las grandes cuestiones vitales".
El galardón, que en ediciones anteriores fue entregado al Dalai Lama, el físico y filósofo francés Bernard d'Espagnat, la madre Teresa de Calcuta o el escritor Aleksandr Solzhenitsyn, se entrega de forma anual a una "persona viva que haya hecho una contribución excepcional a afirmar la dimensión espiritual de la vida, ya sea a través de una idea, de un descubrimiento o de alguna acción concreta".
"La voz nítida de Ayala en cuestiones de ciencia y fe representa fielmente nuestra convicción de que la evolución de la mente humana y una investigación auténticamente abierta son capaces de conducirnos a un genuino progreso espiritual en el mundo", dijo el presidente de la Fundación, John M. Templeton, a dar a conocer al premiado de este año.
Por su parte Ayala, quien descubrió el mecanismo de reproducción del agente patógeno del mal de Chagas y que ha realizado averiguaciones clave sobre el origen en simios de la malaria, defendió hoy que la ciencia no contradice la religión porque "si se las entienden de manera correcta, atañen materias diferentes y ambas son esenciales para el entendimiento del hombre".
Entre otros, Ayala actuó como testigo experto durante el juicio en 1981 en Estados Unidos que fue clave para declarar inconstitucional una ley de Arkansas que imponía la enseñanza del creacionismo junto al de la evolución de las especies, destacó la Fundación Templeton.
El genetista español, ordenado sacerdote en su juventud aunque dejó los hábitos para dedicarse a la ciencia, formó parte en los años 90 del Comité Presidencial de Consejeros sobre Ciencia y Tecnología del presidente demócrata Bill Clinton, mientras que su sucesor, George W. Bush, le otorgó en 2001 la Medalla Nacional de la Ciencia.
El anuncio del galardonado tuvo lugar este jueves en la Academia Nacional de Ciencias, en Washington. El premio será entregado en Londres por el marido de la reina Isabel II, el duque de Edimburgo, en una ceremonia en el palacio de Buckingham el 5 de mayo.
Washington, EU
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