Su movimiento a corta distancia es por ecolocación, que mide la distancia de un objeto por el tiempo que pasa entre la emisión de una onda acústica y la recepción de la onda reflejada en dicho objeto
Algunos murciélagos, cuya falta de visibilidad requiere de la percepción sonora para calcular las distancias y no chocar contra los objetos, toman la posición del sol como referencia más fiable para orientarse en sus largos desplazamientos, y la combinan con el campo magnético de la Tierra.
Según un estudio del instituto alemán Max Planck de Ornitología, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el murciélago ratonero de la especie Myotis myotis se orienta por la noche con la ayuda del campo magnético de la Tierra y calibra su dirección cuando cae el sol con la posición de éste.
Los murciélagos normalmente salen de sus cuevas con la puesta del sol, un momento del día que vinculan con la posición occidental del astro, un principio que prevalece por encima de lo que su campo magnético les esté indicando.
Dado que el campo magnético de los objetos varía de manera impredecible alterado por los depósitos de hierro que alberga la corteza terrestre, los animales consideran el sol una fuente más fiable para determinar la dirección de sus movimientos.
Al finales de 2009, uno de los profesores del estudio actual, Richard Holland, reveló cómo se orientan estos quirópteros en sus largos desplazamientos, a veces de hasta 50 kilómetros, algo que explicó por el campo magnético de la Tierra.
Recientemente, Holland y sus compañeros Ivailo Borissov y Björn Siemers comprobaron, gracias a una alteración experimental de los campos magnéticos durante la caída del sol y la noche, que la manipulación de los campos "sólo es efectiva en combinación con la puesta del sol".
"Estos murciélagos ratoneros usaron la posición del sol al atardecer como el indicador más fiable de dirección, y calibraron el campo magnético con ello", dijo Holland.
Frente a los recursos empleados por los murciélagos en sus largos trayectos, se sabe desde 1940 que éstos establecen su orientación a corta distancia por ecolocación, que mide la distancia de un objeto por el tiempo que pasa entre la emisión de una onda acústica y la recepción de la onda reflejada en dicho objeto.
Algunos murciélagos, cuya falta de visibilidad requiere de la percepción sonora para calcular las distancias y no chocar contra los objetos, toman la posición del sol como referencia más fiable para orientarse en sus largos desplazamientos, y la combinan con el campo magnético de la Tierra.
Según un estudio del instituto alemán Max Planck de Ornitología, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el murciélago ratonero de la especie Myotis myotis se orienta por la noche con la ayuda del campo magnético de la Tierra y calibra su dirección cuando cae el sol con la posición de éste.
Los murciélagos normalmente salen de sus cuevas con la puesta del sol, un momento del día que vinculan con la posición occidental del astro, un principio que prevalece por encima de lo que su campo magnético les esté indicando.
Dado que el campo magnético de los objetos varía de manera impredecible alterado por los depósitos de hierro que alberga la corteza terrestre, los animales consideran el sol una fuente más fiable para determinar la dirección de sus movimientos.
Al finales de 2009, uno de los profesores del estudio actual, Richard Holland, reveló cómo se orientan estos quirópteros en sus largos desplazamientos, a veces de hasta 50 kilómetros, algo que explicó por el campo magnético de la Tierra.
Recientemente, Holland y sus compañeros Ivailo Borissov y Björn Siemers comprobaron, gracias a una alteración experimental de los campos magnéticos durante la caída del sol y la noche, que la manipulación de los campos "sólo es efectiva en combinación con la puesta del sol".
"Estos murciélagos ratoneros usaron la posición del sol al atardecer como el indicador más fiable de dirección, y calibraron el campo magnético con ello", dijo Holland.
Frente a los recursos empleados por los murciélagos en sus largos trayectos, se sabe desde 1940 que éstos establecen su orientación a corta distancia por ecolocación, que mide la distancia de un objeto por el tiempo que pasa entre la emisión de una onda acústica y la recepción de la onda reflejada en dicho objeto.
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