Se prevé que muy pronto, este invento, se convierta en una herramienta de análisis universal, provocando un gran avance en la física de partículas.
Un equipo de científicos estadounidenses ha desarrollado un nuevo modelo de microscopio capaz de tomar imágenes e identificar átomos individuales en una muestra de material complejo, según publica esta semana "Nature".
Los microscopios de electrones, inventados hace 80 años, permiten alcanzar aumentos muy superiores a los de los microscopios ópticos gracias al uso de electrones en lugar de fotones, lo que ha posibilitado el estudio de la estructura y composición atómicas de un amplio número de materiales.
Sin embargo, ese tipo de microscopios tenían hasta ahora dos graves inconvenientes: las aberraciones que se producen en las lentes que dirigen los electrones en la muestra, lo cual limita su resolución, y los daños que la radiación del haz de electrones causa en el material que se observa.
Un equipo dirigido por Ondrej Krivanek, de la compañía estadounidense Nion (Kirkland, estado de Washington), ha instalado lentes en las que se ha corregido oportunamente la aberración en un nuevo microscópico especialmente preparado para trabajar con un haz de electrones de baja energía.
Basándose en la técnica del "campo oscuro anular", que es sensible al número atómico de los átomos en observación, este nuevo microscopio ha permitido diferenciar los átomos de boro de los de nitrógeno en una muestra de nitruro de boro en la que incluso se han podido identificar impurezas de carbono y oxígeno presentes en ella.
La resolución del microscopio es suficiente para detectar distorsiones de apenas 0.01 nanómetros (una millonésima parte de un metro) debidas precisamente a la presencia de átomos impuros.
De esta forma se da un paso más hacia la consecución del objetivo que describió en 1959 el físico Richard Feynman, quien predijo que algún día se podría "simplemente mirar una muestra y ver los átomos", lo que convertiría al microscopio de electrones en una herramienta de análisis universal.
Londres, Inglaterra
Un equipo de científicos estadounidenses ha desarrollado un nuevo modelo de microscopio capaz de tomar imágenes e identificar átomos individuales en una muestra de material complejo, según publica esta semana "Nature".
Los microscopios de electrones, inventados hace 80 años, permiten alcanzar aumentos muy superiores a los de los microscopios ópticos gracias al uso de electrones en lugar de fotones, lo que ha posibilitado el estudio de la estructura y composición atómicas de un amplio número de materiales.
Sin embargo, ese tipo de microscopios tenían hasta ahora dos graves inconvenientes: las aberraciones que se producen en las lentes que dirigen los electrones en la muestra, lo cual limita su resolución, y los daños que la radiación del haz de electrones causa en el material que se observa.
Un equipo dirigido por Ondrej Krivanek, de la compañía estadounidense Nion (Kirkland, estado de Washington), ha instalado lentes en las que se ha corregido oportunamente la aberración en un nuevo microscópico especialmente preparado para trabajar con un haz de electrones de baja energía.
Basándose en la técnica del "campo oscuro anular", que es sensible al número atómico de los átomos en observación, este nuevo microscopio ha permitido diferenciar los átomos de boro de los de nitrógeno en una muestra de nitruro de boro en la que incluso se han podido identificar impurezas de carbono y oxígeno presentes en ella.
La resolución del microscopio es suficiente para detectar distorsiones de apenas 0.01 nanómetros (una millonésima parte de un metro) debidas precisamente a la presencia de átomos impuros.
De esta forma se da un paso más hacia la consecución del objetivo que describió en 1959 el físico Richard Feynman, quien predijo que algún día se podría "simplemente mirar una muestra y ver los átomos", lo que convertiría al microscopio de electrones en una herramienta de análisis universal.
Londres, Inglaterra
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