Especialista mexicano desarrolló un biopolímero que aplica en el proceso de limpieza de diferentes tipos del recurso.
Como tesis para obtener el título de ingeniero en Biotecnología Ricardo Núñez Rico propuso realizar un biopolímero con base en la cáscara de camarón, que habitualmente se tira, y usarlo en un proceso de limpieza de diferentes tipos de agua. Al concluirla decidió continuar la investigación, y en 2009 obtuvo una beca, que junto con el gobierno de China, otorga el Instituto de Ciencia y Tecnología del DF para realizar una estancia de cuatro meses en aquel país.
La experiencia sirvió para analizar nuevos procesos con que se obtiene el quitosano, el biopolímero en cuestión, y ver la posibilidad de producirlo en México, pues aquí se generan cada año alrededor de 196 mil 289 toneladas de este crustáceo, de las cuales podría obtenerse una importante cantidad del material biodegradable.
El quitosano es un biopolímero que funciona como floculante; es decir, capaz de atrapar la materia orgánica e inorgánica en el agua, coagularla y separarla.
A decir del ingeniero Núñez Rico, este material captura desde algas y microorganismos hasta metales pesados, con lo que es posible limpiar el agua en un 90 por ciento, una cantidad suficiente para pensar en reutilizar el recurso. Con el empleo de ese elemento biológico se podrían ahorrar pasos en el proceso de tratar aguas sucias; además, el material coagulado se usaría como biofertilizante o alimento de ganado, siempre y cuando se trate de origen orgánico.
El proyecto surgió en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (UPIBI) del Instituto Politécnico Nacional. Aunque actualmente se encuentra en etapa de investigación, el biopolímero ya se empleó en la limpieza del Lago de Aragón, al norte de la ciudad de México, con buenos resultados.
Si bien en el país ya existen otros procesos exitosos por medio de los cuales se trata el agua, por lo general se emplean sustancias como los sulfatos de aluminio o las poliacrilamidas, los cuales generan impacto ambiental negativo y pueden tener repercusiones en la salud humana.
El investigador propone que cuando se tenga lista esta tecnología (con la planta de producción del quitosano), los mercados del DF podrían emplearla y tener su propio sistema de tratamiento de agua.
En esta investigación también trabajan dos ingenieros en biotecnología, Laura Morelos Alvarado y Gabriel Monter Ramírez, quienes han recibido apoyo del Centro de Investigación e Innovación Tecnológica (Ciitec) del IPN.
Otras aplicaciones
Como México es de los principales capturadores de camarón, con esta propuesta se busca aprovechar la cáscara que en la actualidad se tira. Además de limpiar el agua, el desecho orgánico podría usarse en la elaboración de bolsas biodegradables, prótesis, lentes de contacto, entre otras opciones.
Si bien la investigación está enfocada a la cáscara del camarón, en un futuro se planea aprovechar los desechos orgánicos que se generan en los mercados mexicanos, pues a decir del propio Núñez Rico, “es necesario aprovechar todos los residuos para la generación de energías limpias y coadyuvar a mejorar el medio ambiente”.
México, D.F.
Como tesis para obtener el título de ingeniero en Biotecnología Ricardo Núñez Rico propuso realizar un biopolímero con base en la cáscara de camarón, que habitualmente se tira, y usarlo en un proceso de limpieza de diferentes tipos de agua. Al concluirla decidió continuar la investigación, y en 2009 obtuvo una beca, que junto con el gobierno de China, otorga el Instituto de Ciencia y Tecnología del DF para realizar una estancia de cuatro meses en aquel país.
La experiencia sirvió para analizar nuevos procesos con que se obtiene el quitosano, el biopolímero en cuestión, y ver la posibilidad de producirlo en México, pues aquí se generan cada año alrededor de 196 mil 289 toneladas de este crustáceo, de las cuales podría obtenerse una importante cantidad del material biodegradable.
El quitosano es un biopolímero que funciona como floculante; es decir, capaz de atrapar la materia orgánica e inorgánica en el agua, coagularla y separarla.
A decir del ingeniero Núñez Rico, este material captura desde algas y microorganismos hasta metales pesados, con lo que es posible limpiar el agua en un 90 por ciento, una cantidad suficiente para pensar en reutilizar el recurso. Con el empleo de ese elemento biológico se podrían ahorrar pasos en el proceso de tratar aguas sucias; además, el material coagulado se usaría como biofertilizante o alimento de ganado, siempre y cuando se trate de origen orgánico.
El proyecto surgió en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (UPIBI) del Instituto Politécnico Nacional. Aunque actualmente se encuentra en etapa de investigación, el biopolímero ya se empleó en la limpieza del Lago de Aragón, al norte de la ciudad de México, con buenos resultados.
Si bien en el país ya existen otros procesos exitosos por medio de los cuales se trata el agua, por lo general se emplean sustancias como los sulfatos de aluminio o las poliacrilamidas, los cuales generan impacto ambiental negativo y pueden tener repercusiones en la salud humana.
El investigador propone que cuando se tenga lista esta tecnología (con la planta de producción del quitosano), los mercados del DF podrían emplearla y tener su propio sistema de tratamiento de agua.
En esta investigación también trabajan dos ingenieros en biotecnología, Laura Morelos Alvarado y Gabriel Monter Ramírez, quienes han recibido apoyo del Centro de Investigación e Innovación Tecnológica (Ciitec) del IPN.
Otras aplicaciones
Como México es de los principales capturadores de camarón, con esta propuesta se busca aprovechar la cáscara que en la actualidad se tira. Además de limpiar el agua, el desecho orgánico podría usarse en la elaboración de bolsas biodegradables, prótesis, lentes de contacto, entre otras opciones.
Si bien la investigación está enfocada a la cáscara del camarón, en un futuro se planea aprovechar los desechos orgánicos que se generan en los mercados mexicanos, pues a decir del propio Núñez Rico, “es necesario aprovechar todos los residuos para la generación de energías limpias y coadyuvar a mejorar el medio ambiente”.
México, D.F.
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