Por: Esteban Hernández Zamora
De acuerdo con un estudio realizado por miembros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un conjunto de tumbas localizadas en Baja California Sur, un grupo de seminómadas de hace dos mil 300 años enterraba a sus muertos dos veces."Primero, el cadáver era colocado dentro de una fosa, una vez que tenía un avanzado estado de descomposición era desenterrado, para posteriormente seccionarlo manualmente y realizar una segunda inhumación" dijo el antropólogo físico Alfonso Rosales-López, de muertos del INAH.El ritual era realizado porque los indígenas no entendían el concepto de muerte de forma biológica y pensaban que los cuerpos de las personas aún sentían dolor al descomponerse y comenzar desprender fluidos. Por esta razón los cuerpos eran exhumados y posteriormente descuartizados, con el propósito de liberar de aquel sufrimiento a sus congéneres. "Cuando un individuo entraba en estado de "inmovilidad" empezaba la preparación de su entierro: acomodaban al fallecido en posición fetal y lo amortajaban con fuerza. Al mismo tiempo se preparaba un lecho con conchas donde colocaban el bulto mortuorio y lo cubrían con una mezcla de carbón, tierra y concha, para luego taparlo con arena. Para ellos este momento no era de muerte, sino un simple cambio de estado, en donde el dolor era una constante porque el cuerpo cambia de coloración, le salen moretones y arroja líquidos por los orificios", dijo Rosales-López.Esta extraña práctica data del año 300 a.C. y continuó hasta la llegada de los españoles. Además este tipo de hallazgos indican que poseían ritos elaborados, lo que les ha quitado la denominación de tribus salvajes que poseían anteriormente.Esto ha sido deducido de acuerdo con una serie de estudios realizados por el INAH desde 1991 en diferentes lugares del estado, principalmente en una zona llamada “el Conchalito”, en donde se han encontrado 56 de los 157 entierros descubiertos. Además se han descubierto tumbas similares de muertos en Ensenada, Fidepaz, Chametla, Rancho Rodríguez, El Quelele y Comitán, Bahía de La Paz, El Médano y Barco Varado, en Cabo San Lucas, San Juanico y Bahía Concepción.
De acuerdo con un estudio realizado por miembros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un conjunto de tumbas localizadas en Baja California Sur, un grupo de seminómadas de hace dos mil 300 años enterraba a sus muertos dos veces."Primero, el cadáver era colocado dentro de una fosa, una vez que tenía un avanzado estado de descomposición era desenterrado, para posteriormente seccionarlo manualmente y realizar una segunda inhumación" dijo el antropólogo físico Alfonso Rosales-López, de muertos del INAH.El ritual era realizado porque los indígenas no entendían el concepto de muerte de forma biológica y pensaban que los cuerpos de las personas aún sentían dolor al descomponerse y comenzar desprender fluidos. Por esta razón los cuerpos eran exhumados y posteriormente descuartizados, con el propósito de liberar de aquel sufrimiento a sus congéneres. "Cuando un individuo entraba en estado de "inmovilidad" empezaba la preparación de su entierro: acomodaban al fallecido en posición fetal y lo amortajaban con fuerza. Al mismo tiempo se preparaba un lecho con conchas donde colocaban el bulto mortuorio y lo cubrían con una mezcla de carbón, tierra y concha, para luego taparlo con arena. Para ellos este momento no era de muerte, sino un simple cambio de estado, en donde el dolor era una constante porque el cuerpo cambia de coloración, le salen moretones y arroja líquidos por los orificios", dijo Rosales-López.Esta extraña práctica data del año 300 a.C. y continuó hasta la llegada de los españoles. Además este tipo de hallazgos indican que poseían ritos elaborados, lo que les ha quitado la denominación de tribus salvajes que poseían anteriormente.Esto ha sido deducido de acuerdo con una serie de estudios realizados por el INAH desde 1991 en diferentes lugares del estado, principalmente en una zona llamada “el Conchalito”, en donde se han encontrado 56 de los 157 entierros descubiertos. Además se han descubierto tumbas similares de muertos en Ensenada, Fidepaz, Chametla, Rancho Rodríguez, El Quelele y Comitán, Bahía de La Paz, El Médano y Barco Varado, en Cabo San Lucas, San Juanico y Bahía Concepción.
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