El galardón reconoce a científicos latinoamericanos con una trayectoria destacada y un trabajo de impacto en la región
Los profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Jesús Adolfo García Sainz, Flavio Manuel Mena Jara y Jorge Morales Montor, obtuvieron el Premio Ciudad Capital: Heberto Castillo Martínez, que otorga el Gobierno del Distrito Federal, por sus trabajos sobre receptores adrenérgicos, sus propuestas para descentralizar la ciencia en México y el uso de hormonas en terapias antiparasitarias, respectivamente.De acuerdo con el comunicado de la UNAM, este reconocimiento, en su tercera edición, fue pensado para distinguir a científicos latinoamericanos con una trayectoria destacada y un trabajo de impacto en la región.Los siete galardones serán entregados el próximo 27 de noviembre, como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia.Jesús Adolfo García Sainz, Médico cirujano y doctor en Ciencias Químicas por la UNAM, fue reconocido por "Su brillante trayectoria en la investigación biomédica y por su notable contribución al establecimiento de la acción de los receptores adrenérgicos, así como por su reconocimiento nacional e internacional reflejado en la alta citación de sus trabajos".El universitario fue el descubridor del mecanismo celular de acción de la toxina pertussis, producido por la Bordetella pertussis, el agente causal de la tosferina.Como ex director del Instituto de Fisiología Celular (IFC) se di cuenta que ciertos fenómenos entorpecen el quehacer científico en México. "Uno de los problemas de la investigación científica en el país es el enorme número de trámites a que está sujeta".El profesor Flavio Manuel Mena Jara inició su trayectoria científica en 1959. Entró como ayudante de investigación en el Departamento de Fisiología del Instituto de Estudios Médicos y Biológicos (hoy Instituto de Investigaciones Biomédicas), cuando aún estudiaba Medicina."Es sumamente importante que los jóvenes se liguen a la investigación desde temprano, porque esto permite que las nuevas generaciones se integren mejor a este tipo de actividades", comentó.Flavio Mena Jara es reconocido como uno de los neuroendocrinólogos más importantes del país, pero a esto se suma un mérito más, el promover la ciencia en provincia. "Esto es importante para favorecer la multiplicación de esfuerzos y posibilidades en el resto del país para que no se quede todo concentrado en un solo lugar".El científico indicó que: "Esta iniciativa de poner una sede de la UNAM fuera del DF, lo que hoy es el Campus Juriquilla, no es del todo mía, participamos un grupo de colegas que consideramos necesario buscar sitios adecuados donde desarrollar nuestro trabajo. Después de buscar por todos lados y de convencer a las autoridades de que este proyecto era adecuado, finalmente fue aceptado".
Por último, el doctor Jorge Morales Montor señaló que: "Más que apostarle a la ciencia aplicada, debemos hacerlo a las aplicaciones de la ciencia; quienes optan por la primera vía, echan a andar sus investigaciones con la idea de desarrollar un producto susceptible de patentarse, mientras que los que se inclinan por la segunda, comienzan con un estudio básico que, con el tiempo, revela alguna utilidad insospechada".Ejemplo de lo anterior es que con frecuencia, las medicinas producen efectos no contemplados, y Morales Montor se ha enfocado en este rubro para proponer nuevos tratamientos a partir de sustancias curativas y formular una teoría que él llama de "nuevos usos a viejos fármacos" y que consiste en el uso de hormonas y antihormonas en terapia parasitaria."Esto no es ciencia aplicada, sino aplicaciones de la ciencia", indicó Morales Montor, quien agregó que han "Tratado de encontrar cómo actúan los compuestos fisiológicos y las hormonas en su papel de moduladores. La meta ya no es obtener fármacos tradicionales, sino análogos hormonales que regulen la respuesta inmune y no afecten al hospedero".
Por último, el doctor Jorge Morales Montor señaló que: "Más que apostarle a la ciencia aplicada, debemos hacerlo a las aplicaciones de la ciencia; quienes optan por la primera vía, echan a andar sus investigaciones con la idea de desarrollar un producto susceptible de patentarse, mientras que los que se inclinan por la segunda, comienzan con un estudio básico que, con el tiempo, revela alguna utilidad insospechada".Ejemplo de lo anterior es que con frecuencia, las medicinas producen efectos no contemplados, y Morales Montor se ha enfocado en este rubro para proponer nuevos tratamientos a partir de sustancias curativas y formular una teoría que él llama de "nuevos usos a viejos fármacos" y que consiste en el uso de hormonas y antihormonas en terapia parasitaria."Esto no es ciencia aplicada, sino aplicaciones de la ciencia", indicó Morales Montor, quien agregó que han "Tratado de encontrar cómo actúan los compuestos fisiológicos y las hormonas en su papel de moduladores. La meta ya no es obtener fármacos tradicionales, sino análogos hormonales que regulen la respuesta inmune y no afecten al hospedero".
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