En Polonia darán cárcel a quienes cuelguen en la red imágenes íntimas sin el consentimiento de sus protagonistas
Polonia castigará con penas de hasta cinco años de cárcel a quienes cuelguen en la red de internet imágenes con contenidos íntimos sin el permiso de sus protagonistas, algo que en los últimos años se ha extendido como medio de venganza tras rupturas sentimentales no amistosas.
Las modificaciones en el Código Penal, que entrarán en vigor a partir del próximo año, castigarán estas "agresiones" cibernéticas al honor a petición de las víctimas, que dejarán de ver con impotencia cómo sus ex parejas muestran en Internet escenas privadas sin su consentimiento.
Hasta el momento, según informa hoy la cadena de televisión TVN 24, en el derecho polaco no había una disposición concreta que permitiese luchar eficazmente contra el llamado "cyberbullying" (acoso cibernético) y bloquear la publicación de las imágenes, lo que abocaba a un interminable proceso civil para poner fin a la humillación.
Con esta modificación legislativa, Polonia pretende adaptarse a la nueva realidad marcada por las cámaras digitales y los teléfonos móviles con videocámara, lo que ha propiciado que cada vez sea más frecuente grabar y fotografiar escenas privadas de contenido sexual que pueden acabar en páginas web de contenido pornográfico sin el consentimiento de sus protagonistas.
Las modificaciones en el Código Penal, que entrarán en vigor a partir del próximo año, castigarán estas "agresiones" cibernéticas al honor a petición de las víctimas, que dejarán de ver con impotencia cómo sus ex parejas muestran en Internet escenas privadas sin su consentimiento.
Hasta el momento, según informa hoy la cadena de televisión TVN 24, en el derecho polaco no había una disposición concreta que permitiese luchar eficazmente contra el llamado "cyberbullying" (acoso cibernético) y bloquear la publicación de las imágenes, lo que abocaba a un interminable proceso civil para poner fin a la humillación.
Con esta modificación legislativa, Polonia pretende adaptarse a la nueva realidad marcada por las cámaras digitales y los teléfonos móviles con videocámara, lo que ha propiciado que cada vez sea más frecuente grabar y fotografiar escenas privadas de contenido sexual que pueden acabar en páginas web de contenido pornográfico sin el consentimiento de sus protagonistas.
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